sábado, 24 de noviembre de 2012

02 DE OCTUBRE DE 2012: BANGKOK


Hoy habíamos pensado en ir a ver el Parque Lumpini y el Barrio Chino, llegar pronto al hotel y darnos por fin un baño en la piscina e ir después al mercado nocturno de Patpong.

Yo tenía en mi imaginación que el parque Lumpini sería un Parque parecido al Retiro en el que habría casetas que serían cafeterías en las que podrías desayunar y por eso decidimos desayunar al llegar allí.
Cogimos un taxi y nos fuimos hacia el Lumpini. Nos costó 80 baht. Al llegar allí, apenas había gente, las pocas personas que había eran jubilados que se reúnen en el Parque. Empezamos a andar buscando un lugar para desayunar, nos sentamos en un banco, seguimos andando, hicimos fotos, seguimos paseando y nada... Que por allí no habían ningún sitio para desayunar. Mi gozo en un pozo. Yo sin desayunar no soy persona y mucho menos animal de compañía por lo que sólo me faltaba ladrar, jajajajajaja. Finalmente desistimos en nuestro empeño de tomar un rico café con algo dulce y decidimos recorrer el parque tranquilamente. La verdad que el parque es bonito pero a mi me gusta más el Retiro o Central Park.





Después de hacer unas cuantas fotos decidimos salir del parque y buscar un buen sitio para desayunar. Nos pusimos a andar y tras andar unos cinco minutos encontramos un lugar ideal para desayunar. Nos pedimos un desayuno Mediterráneo, bien completo, la verdad que ya teníamos hambre. Según estábamos desayunando se puso a llover y alargamos un poco el desayuno. Como no dejaba de llover decidimos cambiar los planes y no ir hasta por la tarde al barrio chino. Así que nos pusimos a pensar qué podíamos hacer y mirando el plano vimos que el MBK estaba cerca de allí. No somos de centros comerciales pero era la mejor solución. Pues nada... Nos fuimos al MBK. Por el camino tuvimos que pararnos varias veces debajo de paradas de bus y puentes porque llovía con fuerza. Finalmente llegamos al centro comercial. Para aquellas personas a las que les gusté comprar, este es su sitio. Hay de todo. Es enorme. Eso si, no me preguntéis los precios porque no lo sé. Nosotros no compramos nada. Ah, miento, si, me compré dos fundas para el móvil por 2 eurillos cada uno. Yo creo que más o menos como en los chinos de aquí.

Después de recorrernos todas las plantas, decidimos salir a la calle para ver si había dejado de llover y si, ya no llovía. Decidimos coger un taxi para ir a China Town pero todos los taxis que paramos nos dijeron que no con meter. China Town estaba muy cerca y no les compensaba llevarnos, así que nos fuimos en sky train y metro. Era la primera vez que cogíamos el skytrain y nos resultó sencillo, eso si, sale más caro que ir en taxi (skytrain: 40 baht y metro: 36 baht; los dos).
Finalmente llegamos a China Town, estuvimos dando una vuelta y terminamos comiendo allí. Era un sitio grande, con muchas mesas en la calle, comimos genial y barato (220 baht).




La vuelta a Kao San la hicimos en taxi.

Nos dimos una duchita en el hotel y nos fuimos al mercado nocturno de Patpong. Ir en taxi nos salió por 80 baht. Habíamos leído que había que tener cuidado en este mercado por tema de robos, peleas... Y nada de eso. Nos pareció un mercado normal. Los precios no los sé porque no nos gustó nada de lo que vimos y no preguntamos precios. Ahora que ya hemos regresado y hemos visto muchos mercados, puedo decir que es uno de los peores. Si no se tiene nada que hacer, por verlo no está mal pero a mi me parece que se puede prescindir de él salvo que se vaya buscando ver los típicos espectáculos de las chicas Ping-pong. Te lo ofrecen continuamente.

El taxi de vuelta nos salió por 68 baht.

Terminamos cenando en el sitio preferido de nuestra calle Rambuttri ( 2 cervezas + 2 Pad Thai: 190 baht).
Como era nuestra última noche en Bangkok (aunque al final del viaje estaríamos un día y medio más), decidimos darnos un masaje en los pies de una hora (150 baht cada uno) y tomarnos unas cervecitas en uno de los garitos de Khaosan. Fue la mejor decisión. Ese sitio me sigue provocando una gran felicidad cada vez que me acuerdo de él. El ambiente de alegría de todos los que estábamos allí era impresionante. Hay que vivirlo. Lo pasamos genial. No lo olvidaré jamás. Nos dieron las tantas, cuando nos dimos cuenta eran las 03:00 de la mañana y nos teníamos que levantar a las 04:00. Nos fuimos al hotel y dormimos menos de una hora. Cuando sonó el móvil yo estaba que me moría, que mal. Desde entonces no volví a beber cerveza en todo el viaje. 

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