martes, 27 de noviembre de 2012

06 DE OCTUBRE DE 2012 (PATARA ELEFHANT FARM))


El despertador sonó a las 06:00 y me levanté con una gran ilusión. Tenia muchas ganas de llegar a Patara. Estábamos como unos niños la mañana de Reyes. No me lo podía creer. Me fue a ducharme y de repente, empecé a oír como llovía. Joder!!! Que mala suerte!!! Empezamos a preocuparnos porque no sabíamos sí se suspendería el día en Patara.

Bajamos a desayunar un poco preocupados porque no paraba de llover.

Desayunamos rápido y subí a la habitación a coger los chubasqueros y la cámara de fotos de Miguel. Cuando bajé ya estaban los chicos de Patara. Nos subimos en la Van y fuimos a buscar a las demás personas. Paramos en un hotel y se subieron una pareja con sus dos hijos. En seguida comenzaron a preguntarnos de dónde éramos y demás. El padre era un tipo muy simpático que no paraba de hablar. Eran de Nueva Zelanda.

Tardamos unos 25 minutos en llegar a la granja de elefantes.
Nada mas llegar nos explicaron en qué consistiría el día. Nos dijeron que nuestro grupo estaba formado por 7 personas. Faltaba un chico que llegó más tarde y era sueco. Es decir, que no nos quedaba otra que comunicarnos en inglés. 
Bueno... nos explicaron lo que era Patara Elefhant Farm
La misión de Patara es combatir la disminución de la población de elefantes en Tailandia a través de un programa de cría y desarrollar un modelo de turismo seguro. Cada visitante "adopta" uno de los elefantes residentes durante un día. Las actividades con el elefantes incluyen darle de comer, bañarlo, aprender palabras de mahout , dar un paseo por la selva (1,30 h) y terminar bañándote en unas pequeñas cascadas con los más pequeños.

Nos gustó mucho el sentimiento que tienen todos los mahout hacía los elefantes.

Una vez que nos explicaron todo eso, nos dirigimos andando hacia el lugar donde estaban los elefantes. Yo estaba muy nerviosa y emocionada. La verdad que en las fotos salgo todo el rato con la boca abierta de lo alucinada que estaba.

Al llegar al lugar donde estaban los elefantes, nos estaban esperando todos los mahout. Cada uno de ellos cuida a un elefante.



                                                       Mekuang, nuestra elefanta por un día

En seguida nos asignaron uno y nos empezaron explicando como había que darles de comer. A nosotros nos tocó "Mekuang", era hembra y era la madre de uno de los pequeños. A su hijo por lo bueno que era le habían llamado "Bad boy", jajajaja, menudo trasto era.

                                                                  (Nosotros con Mekuang)

                                                           (Dando de comer a Mekuang)





Después de darles de comer nos enseñaron sus "eces". Si. Te enseñan la caca de los elefantes para que compruebes que su olor es como a agua, a bosque, y para que veas que lo que comen es lo que hay en la selva.

                                                               (Oliendo la caquita) 

Ese momento es divertido porque te van pasando la caca para que veas como es y para que compruebes  su olor. Para que quede constancia, te hacen una foto.

Después de observar la caca, te enseñan a limpiar a tu elefante.

                        


                                                            Que linda es Mekuang

                                                                Dando agua a "Bad Boy"



Lo mejor llega cuando te empiezan a enseñar las palabras que tienes que decirles para guiarles después, una vez que vas encima de ellos. Esto no lo contaré todo, por si alguien va, ya que si no, no se va a sorprender con las cosas más divertidas. Es importante prestar atención para después poder guiar bien al elefante por la selva.

Cuando terminan de explicarte todo, te enseñan a subirte en tu elefante. Nosotros nos subimos por la trompa directamente a la cabeza. Yo iba sentada en la cabeza y Miguel más atrás. Es recomendable pagar un poco más e ir cada uno en un elefante porque al final, el que va en la parte de atrás se va haciendo polvo el "trasero".

                                                        Miguel subiéndose a Mekuang




                                                     Sin manos con Mekuang y "Bad Boy"

Paseas a lomos del elefante durante una hora y después paras a comer. Es impresionante por donde se meten los elefantes. Cuando vas encima de tu elefante te das cuenta de la fuerza que tienen.




La parada para comer es genial. Cuando te bajas del elefante ya te tienen preparada una mesa con comida para todos. Ese fue un momento muy bonito. Estuvimos hablando todos los del grupo, nosotros lo poco que podíamos en nuestro inglés (que pena). Eran personas encantadoras y muy preocupadas por la situación actual de crisis que está viviendo España. 



La verdad que pasamos un momento muy agradable.Ah, la comida estaba muy rica.



Después de comer, nos fuimos acercando a los elefantes y de repente aparecieron corriendo los pequeños, con "Bad Boy" a la cabeza para comerse las sobras. Todos los animales son iguales, la comida les pierde. Es normal, a nosotros también, jejeje.

                                                 Los peques comiéndose las sobras

Proseguimos nuestro camino durante 30 minutos más bajando por unas cuestas alucinantes. Como Miguel iba con mucho dolor en su "trasero", yo me tuve que sentar en la cabeza de Mekuang y Miguel en el cuello por lo que cada vez que Mekuang bajaba una cuesta yo pensaba que me caería de la cabeza. Finalmente llegué perfectamente al final del recorrido. 



Al bajarnos de Mekuang nuestro mahout nos dijo que nos pusiéramos la ropa de baño porque ahora tendríamos que bañar a nuestra elefante en las cataratas.







Ese fue otro momento inolvidable. Hay que vivirlo. Notas como a tu elefante le gusta que la des con el cepillo por cada pliegue. Cierra los ojos. Se inclina hacia el lado donde le están frotando... Maravilloso. Qué seres tan increíbles y tan fuertes porque cada vez que Mekuang se inclinaba sobre el lado en el que yo le estaban frotando con el cepillo, me daba miedo por si se dejaba caer y me aplastaba. Pero eso no pasó y fue genial.

Después de bañarles llegó el momento estrella: bañarnos con los peques. Alucinante!!!! Se metieron Bad Boy y compañía en el agua y empezaron a jugar, y los mahout nos dijeron que nos metiéramos con ellos y les hiciéramos aguadillas. Lo flipé. Que momento!!!!. 














Miguel y yo disfrutamos mucho, en las fotos que nos hicieron se ve reflejada la alegría que sentíamos en ese momento. Para todas aquellas personas a las que les gusten los animales, es una experiencia única.

Al final terminas haciéndote fotos en grupo mientras los elefantes te tiran agua.




Durante todo el día te están haciendo fotos y grabándote en vídeo. Al final de todo, cuando les pagas, te dan un cd y un dvd a cada uno.

Tras cambiarnos nos despedimos de los mahout y nos llevaron a ver a una pareja de elefantes que había tenido un baby. Allí nos hicimos fotos y hasta pudimos tocar al baby que tenía 4 días.

Cuando llegamos al sitio donde teníamos que pagar vimos que había un puesto donde vendían camisetas y no pudimos decir que no. Nos compramos unas camisetas de Patara, como no podía ser menos.

De regreso al hotel íbamos todos destrozados, es un día agotador y no te das cuenta hasta el final porque estás todo el rato disfrutando al máximo de tu elefante.

Para mi ha sido una de las mejores experiencias de toda mi vida. Merece la pena lo que pagas. Una vez allí, te das cuenta de que lo que pagas se destina a un buen fin.

Maravilloso!!!!!!!!!!!


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